Uno, dos, tres...
Cuentas los pasos.
Cuatro, cinco, seis...
Cuentas las respiraciones.
Siete, ocho, nueve...
Cuentas los latidos.
"Serénate, bravo corazón"
Pero él te hace caso omiso.
Brinca, se revoluciona.
Arde, se congela.
Tiembla, se mantiene estático.
"Serénate, bravo corazón"
Pero él, está enloquecido por aquel aroma.
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