domingo, 27 de marzo de 2011

Tu último día a su lado.



Respira, y llena tus pulmones de aire.
Porque puede que esta sea la última vez.
Siente el flujo de la sangre llegando a todas y cada una de las partes de tu cuerpo.
Porque puede que no vuelva a latir tu corazón.
Escucha el sonido de la naturaleza, escucha el silencio y acostúmbrate a el.
Porque puede que sea tu único compañero.
Palpa la textura de las nubes y el viento que se escapa entre tus dedos.
Porque puede que no vuelvas a acariciar.
Observa por última vez el caos.
Porque puede que algún día lo eches de menos.
Porque puede que sea la última vez.
Tu última bocanada de aire.
Tu último latido.
Tu última melodía.
Tu última caricia.
Tu último día a su lado.
El último día que vivas por y para él.

sábado, 26 de marzo de 2011

La has perdido



Se levanta sobresaltado.
Como cada noche.
Enciende lentamente la luz de su mesilla, y con los ojos cerrados se sienta en un lado de la cama. Se llena de valor y mira su rostro en el espejo.
Cada día tiene más arrugas. Cada día la muerte lo lleva un poco más.
Mira a su izquiera y coje la foto que duerme con él cada noche.
Es una joven pareja.
Llora. De una forma amarga y sin hacer ruido.
Se levanta, deja la foto en la almohada y abre el armario.
Aún conserva su olor.
Acaricia cada una de sus camisas, y elige su favorita.
Pasa su suave textura por la cara, y cree tenerla de nuevo.
Sabe que no puede volver atrás y aprovechar el tiempo perdido.
Pero ahora lo único que le consuela es ese alzheimer que empieza a invadir su mente.

Piano.


Notas débiles de piano.
Apretadas en la partitura.
Quieren salir, salir rabiosas.
Quieren sonar, quieren ser ellas quienes completen la armonía.

Momento de silencio.

Quisiera pedir disculpas por empezar de cero en este blog pero he tenido que vaciarlo.
A partir de hoy empiezo una nueva etapa.