sábado, 31 de marzo de 2012

domingo, 25 de marzo de 2012

Llegó la hora de que cada uno siga por su camino.


Eres tú el protagonista de todos mis sueños y eres tú el causante de mi insomnio.

Ayer soñé contigo.
Soñé como tiraba por la borda todos mis miedos.

Pero incluso en mis sueños me rechazaste.

Me he dado cuenta de que nada de esto tiene sentido.
¿Quién va a querer a esta pobre loca?

A partir de hoy tan sólo me preocuparé por ser feliz.
Lo juro.

miércoles, 21 de marzo de 2012

"Poesía eres tú"


Poesía es llorar lágrimas de tinta,
reír con una carcajada silenciosa.
Volar sin alas,
una caída estrepitosa en el olvido.
Soledad acompañada,
muerte, titilante llama de cera.
Una amante furtiva,
una alma rota.

Un sentimiento,
una duda,
una tristeza injustificada,
un pequeño mundo que acaba en el margen de tus borradores.

Un incomprendido punto negro que busca respuestas.
Un galán marginado, un conjunto de divagaciones que no tienen sentido sin ti (musa, estro, numen).

¿Y qué es para ti la poesía?
Feliz día de la poesía.

sábado, 3 de marzo de 2012

Felicidades Mamá.


¿Por qué rechazas esa mano?
Esa mano que no se apartará de tu lado.
Esa mano que no te judgará, hagas lo que hagas.

Ese aliento que te insufla vida.
Ese abrazo que ahuyenta tus penas.

Por ella jamás me rindo.
Por ella consigo sonreír aunque no me queden fuerzas,
porque ella es la primera en sonreír aunque desee gritar.

Nunca dejes de sonreir, pequeño ángel de la guarda.
Tu sonrisa lo es todo para nosotros.

4/03/1966

Varada.


Puedes quedarte aullando a la luna,
llorando frente al mar
o gritando en contra del viento.

Puedes arrinconarte en el fino trecho que separa la locura de la verdad,
mojar la cama con el sudor y las lágrimas de la soledad
o hozar entre los recuerdos algo que te haga sonreír.

Puedes golpear la mesa con el puño cerrado,
para hacerte daño y así tener un motivo coherente por el que llorar
o para que el dolor que sientes se concentre en un solo lugar.

Lloras, niña mía, todas las noches.
Arañas la felicidad cuando lo ves
y te caes cuando se va sin besarte.

Viviste, niña mía, cientos de historias fallidas.
Historias que quisieron ser pero no fueron,
historias de amor hermosas que jamás culminaron con un te quiero recíproco.

Sufriste, niña mía, por amores platónicos,
amores imposibles,
porque eres demasiado cobarde como para abrir tu corazón.

Yo soy, niña mía, la más hipócrita al decirte que no llores, no permitas que nadie se regodee de tus llantos. Cada golpe te hace más fuerte, niña mía.

Nietzsche ya reafirmó que el tiempo regresa.
El eterno retorno me ha afirmado que mi corazón se enamora una y otra vez, cada vez de una forma más sorprendente, hasta que consiga dar con su mitad perfecta.
Cada vez me hago menos valiente para decir lo que siento,
pero sí se acrecentan las sorpresas que me depara ese amor:
me enamoro cada vez más
sufro cada vez más.

Una simpre regla de tres.

Me encuentro varada en el medio del desierto, abandonada y desencantada tras darme cuenta que me he perdido: ese camino no era el correcto.