sábado, 25 de febrero de 2012

A Rosalía de Castro.


Ayer, 24 de febrero, se cumplieron 175 años del nacimiento de una de las mejores escritoras de Galicia y de España: Rosalía de Castro.
Para todos, y para rendirle mi más solemne homenaje, he traducido dos de mis poemas favoritos de esta maravillosa escritora para que todos podais disfrutarlos.
Si quereis leerlos en versión original podeis ir a mi blog en gallego http://fenestrasdepedra.blogspot.com

Cava, ligero, cava,
gigante pensamiento,
cava un hondo agujero donde la memoria
del pasado enterremos
¡Tierra con los difuntos!
¡Cava, cava ligero!
Y por losa le darás el negro olvido
y la nada le darás por cementerio.

.....................

Cuando pienso que te fuiste
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales
vuelves haciéndome mofa.

Cuando imagino que te has ido
en el mismo Sol te me muestras
y eres la estrella que brilla
y eres el viento que sopla.

Si cantan eres tú que cantas;
si lloran eres tú quien llora;
y eres el murmullo del río,
y eres la noche, y eres la aurora.

En todo estás y tú eres todo,
para mi y en mi misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.


Para mi es un verdadero orgullo poder compartir este momento con vosotros, puesto que ella es uno de mis grandes referentes literarios y por el cual, comencé a escribir.
Disfrutadlo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

No mires atrás.



Soy pesimista (eso no lo puedo negar).
Por lo tanto, mi vida ha sido difícil:
me rindo con facilidad frente a las situaciones complicadas,
lloro por cosas que deberían hacerme sonreír,
en lugar de luchar dejo que me golpeen.

Amor, me equivoqué.
Todos cometemos errores, y como ejemplo estoy yo,
el error mismo (el fallo personificado).

Soy un demonio con la piel bondadosa.
Soy un ángel con las alas cortadas.

Amor, me equivoqué.
Mi mente aún se nubla.
Mi interior aún es recorrido por un frío vendaval cuando te veo.
Mi corazón aún deja de latir hasta que recuerdo que debo respirar.

Amor, me equivoqué.
No te volveré a ver.
Pero no porque las lágrimas me recubran los ojos.
La muerte nos reclama.

Oigo llamadas del destino
ahora que pulula a su libre albedrío el viento entre nuestros cuerpos.

Adiós amor.
No mires atrás.

jueves, 16 de febrero de 2012

Nueve años.


Cariño, nueve años no son nada, créeme.
Aún recuerdo muy cercanos aquellos nueve años:
las tardes interminables,
los juegos,
los amigos,
las dichosas multiplicaciones
(2x9=18, 3x9=27)...

Y ya han pasado otros nueve años...
Nueve años no son nada,
nueve años es la mitad de mi vida.

Nueve años son mi vida entera y el fin de la misma.

domingo, 5 de febrero de 2012

Un epigrama por Ernesto Cardenal

Mi vida es una absurda concatenación de enamoramientos fortuítos que terminan en tragedia.
Enamoramientos protagonizados por un ideal platónico al que deseo llamar amante.
Y tal es el grado de enamoramiento que me obsesiono.
La obsesión llega a límites insospechados, y sufro cuando no debo sufrir.
Muero, sin más.

Estos epigramas van dedicados a ti.
A ti y sólo a ti.


Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

.....

Yo he repartido papeletas clandestinas,
gritando: ¡VIVA LA LIBERTAD! en plena calle
desafiando a los guardias armados.
Yo participé en la rebelión de abril:
pero palidezco cuando paso por tu casa
y tu sola mirada me hace temblar.

....

Si cuando fue la rebelión de abril
me hubieran matado con ellos
yo no te habría conocido:
y si ahora hubiera sido la rebelión de abril
me hubieran matado con ellos.

....

Tú eres sola entre las multitudes
como son sola la luna
y solo el sol en el cielo.

Ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde que entré
igual que si hubieras estado sola
en un estadio vacío.


Ernesto Cardenal
Epigramas

sábado, 4 de febrero de 2012

Mi propia tumba.


La verdad es que a idiota no me gana nadie.
He vivido relativamente poco,
y en estos dieciocho años he sufrido más de lo que debería.
¿Por qué?
Por nada, realmente.

Me enamoré de personas que no existían.
Lloré por cosas que sólo pretendían ayudarme.
Insulté a personas que quería.
Dudé demasiado en momentos en los que debí ser valiente.
Fuí osada en momentos en los que no debería serlo.
Me embarqué en proyectos demasiado grandes para mi.
Me niego a condenarme a la mediocridad y es en lo que vivo.
Caí una y otra vez en una mentira
en un gran abismo que he ido cavando yo misma en las áridas llanuras de mi subconsciente.

Sí, efectivamente.
Yo misma me he cavado mi propia tumba.