domingo, 13 de mayo de 2012

Querido, intenta recordarlo.

Una frase lo cambió todo.
Una frase sin sentido, que iniciaría una historia sin sentido.

Fue el nuestro, un amor truncado.
Te amé, pero jamás dejé que me amases.
(Llámenme idiota si quieren)

El idilio, la felicidad que sentía cuando tu sonrisa aparecía por fin tras la puerta.
Ni tú ni yo nos decidimos a dar el paso final hacia nuestra historia.

Tu voz, recordándome siempre que me querías.
Tu mirada en busca de mi rostro.
Tu cabeza, buscando escusas para pasar más tiempo juntos.

Ni tú ni yo fuimos dichosos.


Un año después, me desperté pensando en ti.
Sonreí por todo lo vivido.
Sabía que no te volvería a ver jamás.

Tu voz resonó en el eco de mi conciencia.
Ya no era una fantasía, eras material.
Eras tú, el de siempre: tímido, recatado y dulce.

Me diste los mejores años de mi vida.
Me diste las noches más largas.
Me diste las tardes más divertidas.
Me diste las sonrisas más verdaderas.
Me regalaste tu sabiduría.
Me presentaste a mi ídolo por aquel entonces.
Me ayudaste a avanzar.
Me ayudaste a ser quién soy...

Me lanzaste cuchillos.
Me levanté.
Te dije bien alto que NO.

Fue aquel, un amor IMPOSIBLE





Sigo sin comprender por qué el destino me puso esta prueba tan difícil

jueves, 10 de mayo de 2012

Vuelan.



Veo como mi mundo se desmorona.

Pedazo a pedazo impacta con el suelo,
salta en mil pedazos,
se moja con la agonía,

se quema en el libido contenido.

Vuelan al rebufo de tus sentimientos.

Ya no puedo impedirlo.
Convertí a quien no debía en mi universo.