miércoles, 12 de febrero de 2014

Estamos locos.



Sólo tengo el recuerdo de tus labios rojos,
y es lo único en lo que puedo pensar.
Vivo con miedo de cerrar los ojos:
allí es dónde te escondes.
No puedo siquiera dormir,
soñaría contigo (y perdería la cordura).

Eres viento que agita y escalofrío que duele.
Apareces y muero desesperada.

Un beso salvaje bajo la lluvia que apague nuestro fuego.
Unas manos apresuradas que buscan abrirse camino.
Respirar acelerado. El olor de tu cuerpo.
Nuestras almas salvajes se funden en una.
Nos consume el deseo,
el deseo de gritar que estamos locos...
el uno por el otro.