lunes, 6 de junio de 2011

Horrible deuda.


Me endeudaron.
Me hicieron creer que sería feliz.
Me dijeron "vive, sin pensar en las consecuencias".
Y fue verdad.
Viví libre, temerosa, sí, de caer de nuevo.
Era demasiada felicidad para este, mi maltrecho corazón.
Latía desbocado, alegría, tras alegría.
Pero en realidad un día todo estalló.
Era demasiado.
Y ahora debo devolver todas aquellas risas en forma de lamentos.
De lágrimas.
De sufrimiento agonizante, ahogado en el alchol de mi botella.

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