El calor de sus caricias.
El agitar calmado de nuestros fuegos.
El palpitar lento de mi pecho...
Somos como dos mares encontrados y solitarios.
Dos fuegos enfrentados y furiosos.
Somos dos almas perdidas que encuentran su camino:
el que marcan nuestros cuerpos consumidos por la locura.
el que marcan nuestros cuerpos consumidos por la locura.