sábado, 12 de noviembre de 2011
Atrapada, sin salida.
Encerrada en un amasijo de contradicciones.
Atrapada en un cuerpo corruptible.
Atada a lo banal.
Atada y confundida.
Ahogada en un profundo mar de dudas.
Sumida en un llanto interminable.
Aprisionada entre las fronteras de una sombra.
Atada de pies y manos,
mirando al final, esperando
a que venga a buscarme.
Tirada en medio del desierto.
Enterrada en vida
en un ataúd forjado de prepotencia.
Vacía, con los sentimientos arrancados de cuajo.
Vacía, con una sonrisa pintada en la cara.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario